jueves, 27 de diciembre de 2007

Educación sin Aulas

Las nuevas tecnologías prestan su inestimable aportación a la mejora de las comunicaciones y acceso a un saber cada vez más amplio y global. Además, ayudan a eliminar barreras tan inaccesibles como el espacio y el tiempo, acercando al individuo sabiduría y conocimiento.
Frente a un querer y no poder surgió la educación a distancia. Frente a la imposibilidad de acudir de forma física a un determinado lugar durante un periodo de tiempo, surge una formación en la que cada uno y, a título personal, elige su lugar y el tiempo que se quiere dedicar a la adquisición de conocimientos. Ante los continuos avances en cualquier campo y materia, la consecución de una educación continua es la única forma de no quedarse atrás. El no disponer de tiempo por motivos laborales, familiares o de otra índole, o el encontrarse lejos del centro docente, han dejado de ser inconvenientes ante un sistema de educación que ha mejorado notablemente por motivos tecnológicos y que cada vez cobra más aceptación y prestigio a nivel de titulación.
La tecnología de la educación
Si el irrefrenable avance de las nuevas tecnologías en el campo de la informática ha facilitado la labor de grandes y diferentes órdenes; el campo de la enseñanza, junto con el también vertiginoso desarrollo de los métodos pedagógicos, ha encontrado un soporte óptimo donde alcanzar altísimos grados de eficacia para desarrollar su labor docente. La consecución de unos medios que otorgan rapidez en el procesamiento de gran cantidad de información, junto con el acceso a un gran volumen de la misma, donde su intercambio resulta fácil, ha llevado a la educación a distancia a cobrar una mayor importancia y trascendencia entre los "hambrientos del saber".
Diversidad de soportes
A parte de los medios didácticos tradicionales, como material escrito o mensajes instruccionales, la introducción paulatina de cassettes, videos, software o las aulas virtuales a través de Internet, han proporcionado a este tipo de educación una dimensión más amplia y completa.
Poder contar con textos, gráficos, imágenes, sonido o vídeos, junto con un sistema de comunicación de doble dirección que permite la aclaración de dudas, la evaluación de los conocimientos o el contacto con otros compañeros, satisface la mayoría de las necesidades que un estudiante requiere para el aprendizaje.
Perfil de los estudiantes
A pesar de la gran amplitud de la oferta que ofrece la educación a distancia, ésta tiene su mayor aceptación entre la población adulta que quiere iniciar o retomar sus estudios. El éxito también es importante entre graduados que buscan renovar o mejorar sus conocimientos, sin que ello afecte a su ámbito laboral, social o familiar.
La persona que opte por esta fórmula, en la mayoría de los casos, debe contar con una serie de requisitos, como la capacidad de lectura comprensiva, la identificación y solución de problemas, de análisis y crítica, así como habilidad para investigar y comunicar de manera eficaz sus resultados.
Ventajas y disciplina
La principal cualidad de la educación a distancia, recae en la posibilidad de trabajar a un ritmo individual y en un horario conveniente. Obviamente, todas las ventajas que aporta este tipo de formación, no proporcionan ningún resultado si el alumno no pone algo de su parte. Debido al entorno en el que se pueda desenvolver, puede resultar tentador despistarse y perder el grado de dedicación que la tarea precisa, por eso imponerse a uno mismo disciplina y organización es fundamental.
Se debe establecer una rutina, donde se determinen los días, horas y lugar donde se realizará el estudio. Suele ser conveniente que las personas de las que se esté rodeado conozcan estos horarios, para que no cuenten con uno durante ese tiempo para otros planes. Pese a la existencia de relaciones con profesores y compañeros, la mayoría del estudio se realizará de forma independiente, por lo que el autodominio es una de las mayores virtudes de este tipo de estudiante.

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